lunes, 4 de agosto de 2008

Quiso el destino que esa noche hiciera frío,
y que el ruido de los coches me hiciera hablarte al oído.
Y si el diablo se contenta con que dudes un instante.
Vos y yo nuestras miserias y esta noche por delante amor.

Con el corazón en llanta,
nada mejor que tu lengua,
abrigando mi garganta.
Quiso el destino que ya no hiciera mas frío,
y sin coche y sin ruido sigo hablándote al oído.
Y el diablo se contenta con que dudes un instante.
Vos y yo nuestras miserias
y esta noche por delante amor.

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