domingo, 28 de agosto de 2011



UNA PIEDRA...
el distraído tropezó con ella.
El violento, la utilizó como proyectil.
El emprendedor la usó para construir.
El campesino cansado la utilizó de asiento.
Para los niños fue un juguete.
David mató a Goliat.
Miguel Angel le sacó la más bella escultura.


En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedras, sino en el HOMBRE

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